Tras la beatificación del Reverendo Padre D. Lisardo Carretero
Fuentes, que fue párroco de la Iglesia de La Santa Cruz del Voto de
Canjáyar, se procedió, el 15 de abril, al acto de recepción de sus
restos mortales. Recibidos con gran asistencia de paisanos en el paraje
de la Cruz Blanca, fueron trasladados en procesión hasta la Iglesia
Parroquial. En la Capilla Martirial, adaptada a tal efecto, se
depositaron las reliquias. En ella puedan ser veneradas y recordadas por
los miembros de su parroquia o cualquier devoto que quiera rogar su
intermediación.
Recordado con gran cariño por los feligreses que aun sobreviven,
D. Lisardo fue ejemplo de bondad, caridad para con los necesitados y
consecuente con sus creencias. Ante los actos irracionales que abundan
en cualquier guerra, nuestro beato prefirió mantener y reafirmar sus
creencias, aun a costa de su vida. Se cumplió con ello una de sus
aspiraciones. Durante el interrogatorio de beatificación, varios
testigos manifestaron la admiración que sentía por los mártires y su
deseo de compartir con ellos el mismo destino. Iniciado el fanatismo de
la guerra, cuando le aconsejaron que se escondiese o huyese, su
respuesta siempre fue: “Nada tengo que temer pues a nadie he hecho
daño”.
En el mismo acto fue recordado el Reverendo Padre D. Martín
Salinas Cañizares. Nacido en nuestra población, fue ejecutado, como D.
Lisardo, en el Pozo de la Lagarta de Tabernas. Ambos fueron beatificados
en el mismo proceso que tuvo su culmen en Aguadulce el 25 de marzo del
2,017.
Fuente: teleprensa.com
No hay comentarios:
Publicar un comentario